En Panamá, el contrabando de cigarrillos ha aumentado un 92% en los últimos tres años, convirtiendo al país en un centro logístico para el tráfico ilegal de cigarrillos en América Latina y el Caribe, según la organización Crime Stoppers.
Cada mes ingresan hasta 15 contenedores de cigarrillos de contrabando a través de puertos legales y zonas libres de impuestos.
Panamá distribuye el 50% de este producto ilícito en la región.
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El contrabando se inicia en Colón, pasa por la carretera Panamericana y llega a Costa Rica. Esta actividad ilegal genera ganancias significativas para las estructuras criminales y está vinculada con delitos como el lavado de dinero, narcotráfico y corrupción.
Además, representa una pérdida de millones de dólares en impuestos para los estados de la región. Aproximadamente el 92% de las personas que fuman en Panamá consumen cigarrillos de contrabando, lo que tiene graves implicaciones en la recaudación de impuestos, la salud pública y la seguridad nacional.
Si bien en Panamá ha bajado la cantidad de personas que fuman a cerca de 150.000 (un cifra pequeña frente a los 4 millones de habitantes en el país), lo que preocupa a las autoridades es que de esas 150.000 personas, el 92 % estaría fumando un cigarrillo que es ilegal.
(con información de El Economista)