Una reciente encuesta realizada por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA) ha arrojado luz sobre la alarmante situación financiera que enfrenta una considerable porción de la población costarricense. Según el estudio, el 30% de las personas en el país tienen deudas activas, pero lo que más preocupa a los expertos es el motivo detrás de estos préstamos.
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El informe revela que un significativo 25% de aquellos que recurren a préstamos lo hacen para cubrir necesidades básicas como la compra de alimentos, gastos personales o el pago de servicios. Este dato, según el economista e investigador del Cinpe, Leiner Vargas, refleja una “desesperación económica” en una parte importante de la población.
Lo más preocupante es que estos préstamos destinados a gastos diarios podrían acarrear problemas financieros a largo plazo, evidenciando un esfuerzo extraordinario por mantener un nivel de vida que ya no es sostenible.
El estudio también revela que casi el 38% de los encuestados solicita préstamos para adquirir bienes como automóviles, terrenos o electrodomésticos, mientras que un 10% lo hace para emergencias y un 9% para pagar deudas de tarjetas de crédito. Un preocupante 18% de aquellos que tienen deudas han experimentado problemas de morosidad. Las causas principales son la atención de emergencias y la falta de planificación financiera.
Las consecuencias de la morosidad son devastadoras para quienes la enfrentan. Más de la mitad de los encuestados indicaron haber perdido acceso al crédito en el sector formal, mientras que un considerable porcentaje ha sufrido casos de depresión y pérdidas de empleo, patrimonio y relaciones personales.
En cuanto a la distribución de los ingresos, el 40% se destina al pago de servicios básicos como alimentación, agua, electricidad e internet. Los préstamos representan un 17% del total, seguido por la salud con un 13% y la educación con un 12%.
En resumen, la encuesta del Cinpe pone de manifiesto una preocupante realidad económica en Costa Rica, donde una parte significativa de la población se encuentra atrapada en un ciclo de endeudamiento para cubrir gastos básicos, lo que podría tener graves repercusiones a largo plazo tanto a nivel individual como a nivel socioeconómico.
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